domingo, mayo 28, 2006

ARTISTA MEXICANA EN FRANCIA

Culta, inquieta, comunicativa, sensible, alegre, tierna y con gran sentido del humor, María Lucía Stone hace gala de una humildad natural tan sincera que sorprende, más tratándose de una artista, cuando es por todos sabido que el mundo de las artes está habitado no sólo por talentosos sino también y en gran medida por egocéntricos.

Sus destacables dotes de pintora están asociadas a muchas otras cualidades que convierten a nuestra amiga en una mujer excepcional.

Madre con mayúsculas, ama sin límites a sus tres hijos que le retribuyen del mismo modo tan intenso sentimiento.

Hija y hermana cariñosísima, amiga leal y sincera, docente de gran vocación y entrega, servicial y atenta con quienes necesitan una mano, jamás ha perdido su profunda fe en Dios a pesar de las pruebas que la vida le ha puesto en el camino.

Sabe apreciar la grandeza de las pequeñas cosas y es feliz a cada paso, porque así le han enseñado sus padres y del mismo modo ella está convencida que debe ser: disfrutar lo bueno que vamos recogiendo en nuestro andar, aunque a veces nos parezca que el sendero es difícil.

Ahora está dándose un gusto que hasta hace poco no creía posible, cual es visitar Francia y ver de cerca algunas de las grandes obras producidas por seres humanos tocados por la varita mágica del talento creativo. Desde una de esas realizaciones —más precisamente la Catedral de Reims— María Lucía nos saluda con su espontánea sonrisa que la caracteriza, invitándonos a visitar la exposición de algunas de sus pinturas a través del link Arte mexicano.

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