TAP
América Latina es injustamente castigada, a través de los años, por el accionar de dirigentes políticos, sindicales y sociales que no superarían ni el más modesto test psicológico al que sí deben someterse quienes aspiran a cubrir vacantes de empleo en PYMEs de cualquier país.
Significa que estas personas, los dirigentes que más agresivamente pujan por cuotas de poder en América Latina, serían declarados psíquicamente ineptos para ocupar cualquier cargo, hasta como peones de la categoría más elemental, si las leyes fueran diferentes en nuestros países y guardaran una adecuada proporción entre las exigencias que deben superar unos y otros ciudadanos para acceder a determinados espacios.
Desviaciones de la personalidad que, irritantes de por sí, se potencian infinitamente en contextos de poder importantes, como si los cleptómanos pudieran ingresar libremente a pueblos de puertas abiertas.
¿De qué estoy hablando? De la fatalidad que nos golpea a la mayoría de los latinoamericanos y que cada día se torna más difícil de soportar: ser dirigidos por hombres y mujeres sin calificación para ocupar altos puestos de poder, que nos condicionan según sus caprichos y propósitos individuales hasta inclusive minimizar o hacer desaparecer nuestros derechos naturales.
¿Cree usted que todos los presidentes latinoamericanos que ocuparon u ocupan tan altas investiduras hubiesen podido arribar a tales privilegios si las leyes fueran más justas y lógicas?
Pocos habrían superado las exigencias de una evaluación psicológica profunda. Y hoy, seguramente, América Latina sería libre de verdad y una región merecedora de respeto universal. Pero, en cambio, somos rehenes de las voluntades abusivas de los alterados de turno que se creen mesías.
Hablemos un poco, para redondear, sobre el título de esta nota.
TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD (TAP)
Lo padecen aquellas personas conocidas comúnmente como Psicópatas.
¿Qué caracteriza más fuertemente a estas personas?
"Debería considerarse a algunos psicópatas como psicóticos delirantes, en cuyo caso su responsabilidad moral sería mínima. Y a otros, como individuos cuyas ideas, a veces muy confusas y sin ninguna posibilidad de cambio, los convierte en un grupo diferente, que no puede integrarse al conjunto de las personas que consideramos normales."
Dr. Ricardo C. Zuberbühler
Mientras tanto, concepto va y concepto viene, los menos indicados para hacerlo son precisamente quienes se adueñan del poder y cometen, desde sus desequilibrios, abusos e injusticias que inevitablemente conducen a los pueblos a la autodestrucción.
Los payasos profesionales de América Latina casi han perdido motivación para continuar trabajando, pues han visto usurpados sus oficios por miles de ridículos "Napoleones" que realizan sus shows mediáticos desde las sedes de gobiernos, sindicatos y movimientos sociales, por supuesto sin hacer reír a nadie.
Claro que no todos los dirigentes son psicópatas ni mucho menos, por eso las instituciones tambalean pero no caen. Pero si no se produce un cambio dramático de este estado actual de cosas, tendiente a otorgarle coherencia al sistema democrático, es muy probable que un efecto dominó en la región arrastre con las anclas que no nos permiten evolucionar.
Los psicópatas se consideran superiores a los demás, no aceptan discusiones y pretenden, por tal razón, eternizarse en el poder. Al respecto creo, ustedes coincidirán o no, que desde Venezuela hoy nos ha llegado una brisa refrescante que esperanza y relaja los corazones.
Bueno sería que en el mundo, en todo el planeta sin excepción, el poder lo administraran los mejores y no los menos sanos.
Hermindo Banegas Soto
(Desde Guayaquil, Ecuador)
Significa que estas personas, los dirigentes que más agresivamente pujan por cuotas de poder en América Latina, serían declarados psíquicamente ineptos para ocupar cualquier cargo, hasta como peones de la categoría más elemental, si las leyes fueran diferentes en nuestros países y guardaran una adecuada proporción entre las exigencias que deben superar unos y otros ciudadanos para acceder a determinados espacios.
Desviaciones de la personalidad que, irritantes de por sí, se potencian infinitamente en contextos de poder importantes, como si los cleptómanos pudieran ingresar libremente a pueblos de puertas abiertas.
¿De qué estoy hablando? De la fatalidad que nos golpea a la mayoría de los latinoamericanos y que cada día se torna más difícil de soportar: ser dirigidos por hombres y mujeres sin calificación para ocupar altos puestos de poder, que nos condicionan según sus caprichos y propósitos individuales hasta inclusive minimizar o hacer desaparecer nuestros derechos naturales.
¿Cree usted que todos los presidentes latinoamericanos que ocuparon u ocupan tan altas investiduras hubiesen podido arribar a tales privilegios si las leyes fueran más justas y lógicas?
Pocos habrían superado las exigencias de una evaluación psicológica profunda. Y hoy, seguramente, América Latina sería libre de verdad y una región merecedora de respeto universal. Pero, en cambio, somos rehenes de las voluntades abusivas de los alterados de turno que se creen mesías.
Hablemos un poco, para redondear, sobre el título de esta nota.
TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD (TAP)
Lo padecen aquellas personas conocidas comúnmente como Psicópatas.
¿Qué caracteriza más fuertemente a estas personas?
- Anestesia afectiva, por ej. falta absoluta de sentimientos de culpa.
- La experiencia ni el aprendizaje pueden modificarlas.
- No responden a premios ni castigos.
- Son de carácter crónico e irreversible.
- El interés propio, generalmente disimulado, es su única motivación. En sus decisiones jamás incluyen consideraciones de índole moral.
- Siempre tienen razón y quienes no comparten sus ideas pasan a la categoría de enemigos.
"Debería considerarse a algunos psicópatas como psicóticos delirantes, en cuyo caso su responsabilidad moral sería mínima. Y a otros, como individuos cuyas ideas, a veces muy confusas y sin ninguna posibilidad de cambio, los convierte en un grupo diferente, que no puede integrarse al conjunto de las personas que consideramos normales."
Dr. Ricardo C. Zuberbühler
Mientras tanto, concepto va y concepto viene, los menos indicados para hacerlo son precisamente quienes se adueñan del poder y cometen, desde sus desequilibrios, abusos e injusticias que inevitablemente conducen a los pueblos a la autodestrucción.
Los payasos profesionales de América Latina casi han perdido motivación para continuar trabajando, pues han visto usurpados sus oficios por miles de ridículos "Napoleones" que realizan sus shows mediáticos desde las sedes de gobiernos, sindicatos y movimientos sociales, por supuesto sin hacer reír a nadie.
Claro que no todos los dirigentes son psicópatas ni mucho menos, por eso las instituciones tambalean pero no caen. Pero si no se produce un cambio dramático de este estado actual de cosas, tendiente a otorgarle coherencia al sistema democrático, es muy probable que un efecto dominó en la región arrastre con las anclas que no nos permiten evolucionar.
Los psicópatas se consideran superiores a los demás, no aceptan discusiones y pretenden, por tal razón, eternizarse en el poder. Al respecto creo, ustedes coincidirán o no, que desde Venezuela hoy nos ha llegado una brisa refrescante que esperanza y relaja los corazones.
Bueno sería que en el mundo, en todo el planeta sin excepción, el poder lo administraran los mejores y no los menos sanos.
Hermindo Banegas Soto
(Desde Guayaquil, Ecuador)
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