martes, septiembre 19, 2006

EGOCENTRISMO DESTRUCTIVO

Nada de lo acontecido precedentemente nos ha servido de advertencia. Una y otra vez volvemos a caer en los mismos errores. Han muerto millones de personas sin otra causa que la demencia colectiva. Hoy el panorama es confuso y sobre nuestras cabezas pende una amenaza que podría convertirse en el fin de la civilización tal como la conocemos.

Desde siempre los arrogantes han suscitado controversias, rencores y hasta cruentos enfrentamientos entre hermanos. Ha sucedido y continúa registrándose en variados ámbitos, desde lo político internacional hasta lo deportivo, pasando por franjas que lo abarcan casi todo.

Los fanáticos de cualquier club de fútbol consideran a su equipo como el más talentoso y heroico, el más digno, incomparable, superior, así como a sus jugadores los elevan a la categoría de semidioses, justificándoles hasta las faltas más visibles y antideportivas. Sin embargo, cuando miran en dirección opuesta, les parece ver en sus adversarios lo más abyecto de la condición humana. Posiciones inmaduras que no son patrimonio de ningún club ni país en particular, sino el reflejo de la demencia colectiva que nos corroe y degrada universalmente.

Muertos, heridos graves, mutilados, destrozos descomunales, es una constante imparable producto del accionar irracional de las hinchadas dentro o fuera de los estadios de fútbol. Nadie pelea por la libertad de su pueblo o una mejor distribución de la riqueza, sino por el mero hecho de humillar, aplastar al otro, borrarlo de la faz del planeta, para prevalecer por sobre el resto. Estamos hablando de un deporte o juego, quizás sería más apropiado decir “negocio”, que de ninguna manera justifica tanta agresión y violencia entre simpatizantes de diferentes clubes. Sin embargo se piensa y actúa como en las guerras.

¿Qué podemos esperar de nuestros hermanos que así accionan, si de pronto los intereses en juego fueran de mayor trascendencia?

La Humildad, virtud indiscutible demasiado escasa en estos tiempos, es considerada por no pocos como una expresión de debilidad de ciertos sectores. En un foro que tiene como tema casi excluyente la Ciencia Ficción hice mención de la Humildad, lo que despertó increíbles reacciones entre los participantes, llegando alguno a despreciar la actitud de “sumisión y sometimiento” de quienes practican tan magnífica virtud, confundiendo su verdadero significado y alcance con “autoflagelación” y por ende comparando a los humildes con individuos “masoquistas”.

El egocentrismo es una manifestación de debilidad, de inseguridad, de dependencia. Llevado a extremos de fanatismo puede comprometer la salud de una sociedad. Los discursos de los políticos en general son insoportablemente egolátricos y se derraman hacia abajo como ejemplos negativos que progresivamente “prenden” en los sectores más vulnerables, convirtiendo la vida cotidiana en una suerte de constante ataque mutuo entre grupos o individuos. Desde semejante situación es ilógico imaginar un futuro venturoso.

Nadie da el brazo a torcer. Se le exige al otro que reconozca culpas y asuma responsabilidades, pero de ninguna manera se admiten errores propios. Es una disputa entre adolescentes inmaduros. La violencia verbal y física crece a la par que las antipatías y odios aumentan en intensidad. Nos vamos alejando cada vez más unos de los otros, en grupos y por supuesto individualmente, detrás de nuestra prevalencia y única “verdad”.

La Historia se repite. Pero algunas cosas no son iguales a las de ayer, por ejemplo las armas: un detalle a tener en cuenta a la hora de pesar las posibles consecuencias de nuestras futuras decisiones. Si el egocentrismo le gana la pulseada a la Verdad y la Humildad... poco tiempo nos habrá de quedar de ahora en más. Ojalá se despierten todas las conciencias sin excepción y sepamos reaccionar con adultez en bien de la continuidad de la raza humana.

ModuS
© 2006 ModuS ScientiA

Etiquetas: ,