viernes, septiembre 14, 2007

¿EVITABLE?

¿Podría haberse evitado el actual conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de la pastera Botnia?

No es mi intención aventurar una respuesta, pero sí analizar la situación y expresar mi opinión al respecto.

Para que exista un conflicto debe producirse, previamente, por lo menos alguna desinteligencia entre las partes involucradas.

Hilando más fino diría que pésimos diálogos o mudez desembocan, a menudo, en enfrentamientos que pueden llegar a profundizarse dramáticamente.

¿Hubo diálogo entre Argentina y Uruguay antes de que el proyecto de Botnia se convirtiera en hecho?

Y si dicho diálogo existió, ¿fue sincero?

Los pueblos no son responsables de los defectos, vicios o excesos de sus gobernantes.

Si no hubo diálogo adecuado, respetuoso y bienintencionado entre las partes antes de la construcción de la pastera, obvio es que alguien no cumplió con el rol político que le competía. Los pueblos, en casos así, se convierten en involuntarios rehenes de los intereses en juego, sin que se les conceda espacio apropiado para decidir según sus convicciones y necesidades.

Se producen roces y comienzan a aparecer resentimientos que erosionan la amistad fraternal entre las naciones.

Fuera de los círculos del poder la gente se pregunta, sorprendida y angustiada, por qué se ha llegado a semejante extremo y en todo caso para qué existe la diplomacia.

Pero, aunque no es voluntad de los ciudadanos de a pie aumentar las tensiones, lo cierto es que al cabo de un tiempo se torna difícil aislarse del conflicto y todos terminan perdiendo.

Para ser más preciso, no todos, porque seguramente la pastera habrá de producir miles de millones de dólares que serán enviados, en altísimo porcentaje, al país de origen de dicha empresa.

A propósito de lo dicho, una pregunta ronda mi cabeza sin hallar respuesta: ¿cuánto es el poder del gobierno uruguayo frente a la fuerza del capital de Botnia?

Quizás con el correr del tiempo argentinos y uruguayos coincidamos en sentirnos usados, cuando descubramos que los mismos humos y olores nos afectan por igual, pero ya será muy tarde para dialogar.

Aprendamos de esta experiencia, aun en el terreno personal, para evitar lo evitable...

Alejandro Calderón
(Desde Entre Ríos, Argentina)

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