domingo, julio 09, 2006

PENSAR PARA NO DECLINAR

Hemos leído o escuchado por ahí una noticia que probablemente ustedes conozcan con mayor precisión. Informa de un trabajo de investigación realizado por un equipo científico interdisciplinario de una prestigiosa universidad de USA. Si bien se refiere a un sector de la población de los EE.UU. de América es aplicable a los demás países, pues salvo las distancias físicas y diferencias culturales entre las naciones hay coincidencia de situaciones.

Tomaron como sujetos del experimento a varios individuos de diferentes generaciones pero provenientes de similares estamentos sociales. La mayoría de estas personas eran o habían sido estudiantes universitarios. Las edades promedio de los tres grupos fueron, en orden ascendente, más o menos las siguientes: 17, 30 y 45.

Durante ocho a nueve meses se los indujo a la lectura de textos cada vez más complejos o que exigían mayor atención y concentración. Ninguno de los participantes estuvo obligado a cumplir dichas sugerencias como si fuesen órdenes, pues el principal compromiso de los organizadores fue el de respetar por sobre todo el libre albedrío de aquellas personas.

Al finalizar el tiempo límite se reunió la documentación individual y grupal y se la sometió a evaluación. El resultado fue desolador: apenas el 17 % del total de participantes superó el nivel medio de intención de superación y capacidad de esfuerzo. La inmensa, aplastante mayoría, prefirió absorber conceptos de fácil comprensión aunque expresaran inexactitudes increíbles.

El facilismo arrastra a consumir indolentemente las ideas digeridas por otros.

De esta manera se multiplican los programas televisivos y radiales de estructura y contenido cada vez menos elaborados y más chabacanos. Se registra fenómeno semejante en la industria cinematográfica y también en los medios impresos.

El vocabulario se reduce día a día y por si eso fuera poca desgracia se han deformado infinidad de palabras y permutado otras por términos vulgares reiterados casi sin sentido. Los gestos se han engullido a las palabras y los discursos carecen de contenido organizado.

Es evidente que asistimos a un retroceso cualitativo generalizado. No es sólo una cuestión inherente al medio que nos contiene y rodea, sino a nuestra propia decisión. Desertores y mediocres son mayoría en la carrera que todos debemos enfrentar como seres humanos: la Evolución. Por ende cada día son menos los que evolucionan y más los que frenan su avance y luego retroceden.

¿Qué hacer para no convertirnos en títeres de estos amorfos “modelos” de vida que nos propone el sistema? Nada de estallar como locos revolucionarios rompiéndolo todo y acusando a los gobiernos del mal que nos aqueja. Sin excesivo gasto de energía, pero con suficiente vocación, voluntad y perseverancia, la existencia puede presentársenos más comprensible y esperanzadora: se trata de imponernos metas de evolución personal e ir superando las mismas progresivamente.

El “secreto” está en no claudicar ante la vidriera obscena que el sistema pone ante nuestras miradas. No significa caer en extremos cuasi religiosos, sino simplemente recuperar y mantener el respeto por nosotros mismos. Redescubrir la maravillosa oportunidad que nos ofrece el mero ejercicio de pensar. Reencontrarnos con el deleite de la comprensión, del pensamiento abstracto, de la imaginación creativa, de la elevación interior.

Sin poses ni expresiones “culturosas” que son la antítesis del crecimiento interior. Sencillamente, con la simpleza que la propia Creación de la que somos parte y observadores nos enseña a utilizar. Sencillez que no implica limitación sino ampliación de capacidades. Un árbol, por ofrecer un ejemplo, es “algo” bien “simple” y por cierto muy común, pero observándolo con detenimiento comprenderemos que encierra el Misterio más trascendente y fascinante de todos los tiempos: la Vida.

Debemos hacer honor a nuestra condición de seres racionales, explotando el potencial natural que nos ha sido dado. En definitiva: vivir, no apenas estar...

José Eduardo Marini

(Desde Buenos Aires, Argentina)

Etiquetas: , ,